¿Alguna vez has oído hablar del alcanfor? Seguro que tu mamá o tu abuela los ha nombrado infinidad de veces. Es una planta utilizada para aliviar diversas dolencias, especialmente resfriados, infecciones respiratorias y congestión nasal. En el próximo artículo, discutiremos el uso del alcanfor en detalle.
También conocido como “Árbol de alcanfor”, el nombre científico es árbol de alcanfor, y es un árbol originario de la isla de Borneo en el continente asiático. Su uso se ha extendido por toda Europa y se ha utilizado durante siglos para aliviar los síntomas de diversas dolencias y para combatir los malos olores.
Huele un poco amargo a menta. El alcanfor tiene propiedades analgésicas, por lo que es de esperar que se produzca entumecimiento y entumecimiento al usarlo.
Una de las cosas menos conocidas sobre el alcanfor es que se absorbe rápidamente a través de los poros (tenga en cuenta que algunas personas son alérgicas y pueden experimentar irritación después de la aplicación tópica). Por lo tanto, es muy importante consultar primero a su médico cuando lo use.
El alcanfor tiene muchos usos, pero debe usarse con precaución, ya que una sobredosis puede causar problemas para el cuerpo y causar toxicidad.
No se recomienda su uso en niños pequeños. No para mujeres embarazadas o lactantes. No apto para personas con epilepsia o enfermedad de Parkinson.
El alcanfor no debe aplicarse en la cara, heridas abiertas o abrasiones, fosas nasales (especialmente en personas con asma) o enfermedades de la piel (dermatitis, psoriasis, etc.).
Ya te hemos dicho que la cantidad de alcanfor debe ser muy pequeña. Ahora, ¿cómo se usa? Todo depende de lo que quieras lograr: