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LA IMPACTANTE TRAICIÓN FAMILIAR QUE SACUDIÓ A LA COMUNIDAD

El secuestro de Yesid Evelio Quintero Isaza, un destacado comerciante de Cúcuta, Santander, que inicialmente pareció terminar con un final feliz, dio un inesperado giro tras nuevas revelaciones que dejaron perpleja a la comunidad. Lo que comenzó como un caso de secuestro, donde la víctima fue rescatada gracias a la intervención de las autoridades locales, se convirtió en una historia mucho más compleja, involucrando a personas cercanas al propio Quintero.

El miércoles pasado, Quintero fue raptado por delincuentes que exigían una elevada suma de dinero por su liberación. Menos de 24 horas después, la Policía Metropolitana de Cúcuta, tras rápidas investigaciones, localizó y liberó al comerciante, causando gran alivio entre sus familiares, quienes lo recibieron con lágrimas y abrazos. Las imágenes del reencuentro mostraban la aparente felicidad de una familia que había pasado por un terrible susto.

Sin embargo, el caso no terminó allí. Las investigaciones continuaron, y las autoridades pronto descubrieron detalles que cambiaron el rumbo de los hechos. Según el medio local La Opinión, tres familiares cercanos a Quintero estaban involucrados en el secuestro. Se trataba de su hija, Yenny Paola Quintero Oyola, su exesposa, Luz Mila Oyola Sepúlveda, y su yerno, Luis Arturo Rubiano.

El operativo que llevó a la liberación de Quintero se llevó a cabo en una vivienda en la Recta Corazal, un área conocida de la región. Durante el operativo, las autoridades no solo lograron liberar al comerciante, sino que también capturaron en flagrancia a dos de los secuestradores. Sin embargo, los investigadores sabían que faltaba algo en la historia; los secuestradores capturados no parecían ser los autores intelectuales del crimen.

Con el avance de las investigaciones, las autoridades confirmaron que personas muy cercanas a Quintero habían orquestado el secuestro. Así, se emitieron órdenes de captura contra Yenny Paola Quintero Oyola, Luz Mila Oyola Sepúlveda y Luis Arturo Rubiano Salcedo. Sorprendentemente, estas mismas personas que planearon el secuestro habían recibido a Quintero con muestras de afecto tras su liberación.

Las pruebas reunidas fueron suficientes para que el encargado de la Fiscalía 11 Especializada Gaula de Cúcuta actuara contra los implicados. Los tres fueron presentados ante un juez por el delito de secuestro simple. La familia que Quintero pensaba que lo apoyaría en los momentos más oscuros resultó ser la que lo traicionó de la manera más inimaginable.

El secuestro ocurrió cuando Quintero regresaba a su hogar en Los Patios, un municipio cercano a Cúcuta. Al menos tres hombres armados lo interceptaron, mientras que otros amordazaron a sus familiares antes de llevarse a Quintero a un lugar desconocido. Posteriormente, los delincuentes, en complicidad con los familiares, exigieron una cuantiosa suma por su liberación.

Este caso destaca un problema más amplio y preocupante en Colombia: el aumento en los delitos de secuestro y extorsión. Estos crímenes generan un profundo temor entre los ciudadanos, especialmente en los sectores comerciales. En las últimas semanas, se han reportado numerosos incidentes similares en todo el país, lo que ha llevado a un llamado urgente para que las autoridades adopten medidas más firmes contra este flagelo.

De acuerdo con un informe de la Fundación Paz y Reconciliación (Pares), el secuestro ha visto un alarmante incremento en 2023. Ese año se registraron 343 casos a nivel nacional, un aumento del 53,8% en comparación con el año anterior, lo que complica la iniciativa de “paz total” promovida por el presidente Gustavo Petro. Los departamentos más afectados incluyen Antioquia, Norte de Santander, Valle del Cauca, Nariño y Cauca, con un número de casos que continúa creciendo.

Este trágico caso no solo ha conmocionado a la comunidad de Cúcuta, sino que también ha puesto de manifiesto la urgente necesidad de enfrentar la creciente amenaza del secuestro en Colombia, un país que lucha por la paz y la seguridad de sus ciudadanos.