Según la Iglesia católica, la cremación no es pecado porque no toca el alma y no impide la resurrección del cuerpo. La Iglesia Católica acepta la cremación como una opción válida.
Sin embargo, si no es una cuestión de fe, la cremación puede considerarse un delito. La teología moral católica define el pecado como el desprecio por la ley de Dios.
La Biblia no prohíbe la cremación y la mayoría de los eruditos bíblicos coinciden en que ningún pasaje la prohíbe. La Biblia dice que cuando una persona muere, vuelve al polvo y la cremación acelera este proceso.
Algunos cristianos rechazan la cremación porque creen que destruir el cuerpo contradice su fe. Otros, sin embargo, coinciden en que el Señor resucitará a los muertos, ya sean cremados o enterrados.